lunes, 11 de abril de 2011

Clarice Lispector was born on December 10, 1920

...es inútil procurar acortar el camino y querer comenzar sabiendo ya que la voz dice poco, comenzando ya por ser impersonal. Pues existe la trayectoria, y la trayectoria no es tan sólo un modo de ir. La trayectoria somos nosotros mismos. En materia de vivir, nunca se puede llegar antes. El viacrucis no es un extravío, es el único pasaje, no se llega sino a través de él y con él. La insistencia es nuestro esfuerzo, la renuncia es el premio. A éste sólo se llega cuando se probó el poder de construir y a pesar del gusto de poder se prefiere la renuncia. La renuncia tiene que ser una elección. Renunciar es la elección más sagrada de una vida. Renunciar es el verdadero instante humano. Y sólo ésta es la gloria propia de mi condición. La renuncia es una revelación.

Fragmento de La pasión según GH

Es allí a donde voy 
Más allá de la oreja existe un sonido, la extremidad de la mirada un aspecto, las puntas de los dedos un objeto: es allí a donde voy. 
La punta del lápiz el trazo. 
Donde expira un pensamiento hay una idea, en el último suspiro de alegría otra alegría, en la punta de la espada la magia: es allí a donde voy. 
En la punta del pie el salto. 
Parece la historia de alguien que fue y no volvió: es allí a donde voy. 
¿O no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las cosas. Si continúan mágicas. 
¿Realidad? Te espero. Es allí a donde voy. 
En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar la palabra «tertulia», y no sé dónde ni cuándo. Al lado de la tertulia está la familia. Al lado de la familia estoy yo. Al lado de mí estoy yo. Es hacia mí adonde voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo que existe. Después de muerta es hacia la realidad adonde voy. Mientras tanto, lo que hay es un sueño. Sueño fatídico. Pero después, después todo es real. Y el alma libre busca un canto para acomodarse. Soy un yo que anuncia. No sé de qué estoy hablando. Estoy hablando de nada. Yo soy nada. Después de muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá con amor mi nombre. 
Es hacia mi pobre nombre adonde voy. 
Y de allá vuelvo para llamar al nombre del ser amado y de los hijos. Ellos me responderán. Al fin tendré una respuesta. ¿Qué respuesta? La del amor. Amor: yo os amo tanto. Yo amo el amor. El amor es rojo. Los celos son verdes. Mis ojos son verdes. Pero son verdes tan oscuros que en las fotografías salen negros. Mi secreto es tener los ojos verdes y que nadie lo sepa. 
En la extremidad de mí estoy yo. Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamenta. Pero la que canta. La que dice palabras. ¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las traen de nuevo y yo las poseo. 
Yo al lado del viento. La colina de los vientos aullantes me llama. Voy, bruja que soy. 
Y me transmuto. 
Oh, cachorro, ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero lentamente. 
¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca del amor estamos nosotros. 
De Silencio

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