Gracias por permitirme este viaje de transformación sin
principio ni final...
Nacido del amor vengo a crecer y a transformarme en amor.
Todos los escenarios me invitan a danzar en la experiencia
de ser uno y una parte del uno. También me invitan a saberme acogido y
acompañado por otro; por otros que han llegado conmigo a transformarse en amor.
La conciencia nos acerca a la comprensión de que ya somos
ese amor que anhelamos, de que ya somos ese único latido en que nos estamos transformando,
de que no necesitamos cambiar nada ahí afuera para simplemente acogerlo,
adentro, abiertos a cualquiera que sean las formas en que se nos revele.
Toda forma es simultáneamente vehículo y expresión del amor
que se está transformando en una forma nueva, en un proceso de renovación y
depuración sin principio ni final... a través del amor que encarna. Cualquier
oposición a esta transformación en la que toda forma humana se encuentra
sumergida es completamente inútil.
Todos confluimos en el mismo río. Todos nos derramamos en el
único mar.
Poco a poco, cada cual a su propio ritmo, navegando, aprendemos
a flotar.