miércoles, 18 de junio de 2014

My world emerges


Aquí se está dibujando un instante:
manos que sujetan una libreta contra la rodilla derecha del mismo cuerpo. El pulgar de la izquierda se mueve hacia abajo para dejar paso a un lápiz que serpentea en la derecha.
Una bocanada de aire entra por la nariz
¿Una bocanada? La boca está cerrada; tan solo se ha abierto para susurrar esta última frase.
La mirada recorre el paisaje que circunda al cuaderno: 
El brazo izquierdo impide la visión completa del pie izquierdo y se pliega en la rodilla del mismo flanco. Su mano hace de pinza que agarra el cuaderno. Ahora el pulgar se ha desplazado hacia arriba, cambiando su sentido de movimiento. El pie derecho está alineado con la vista cuando esta deja de enfocar la página que se está escribiendo; señala a la montaña que tiene delante. 
El cuerpo sentado, transmite su peso a un muelle curvo de hormigón. Ambos pies y glúteos estabilizan su posición. La espalda, ligeramente arqueada hacia delante, rectifica su postura. Otra bocanada de aire es sentida, más profunda que la anterior. 
El mar acompasa y da cadencia a la mirada que regresa a la punta del lápiz. A penas se separa un milímetro del papel cuando deja de moverse...
¿quién ejecuta esta sinfonía de movimientos que se superponen sin principio ni fin?
¿quién los percibe?¿hay alguien aquí?... ¿solo está la Vida?¿quién hay aquí? 
Silencio... 
y voces de pescadores. Antes no estaban; antes no existe... han aparecido Ahora, en mi paisaje