nada como mirar el fuego durante horas...
caer en un hechizo hipnotizante donde apenas se es consciente de la silenciosa transformación que se está produciendo...
sin hacer nada
Con el presente cortado por ambos extremos: por el pasado, al que se niega la autoridad de guía acreditado, y por el futuro, que ya ignora las demandas e inmolaciones del presente y que las trata con una negligencia no muy diferente de aquella con la que el presente trata el pasado, el mundo parece estar permanentemente in statu nascendi, en "estado de llegar a ser". El curso que tomará a la larga este llegar a ser es crónicamente indeterminado; su dirección tiende a variar (o ir a la deriva) aleatoriamente más que a obedecer cualquier orden específica -críptica pero adivinable- del tipo de las que se postulaban no hace mucho bajo la denominación de "leyes de la historia".
Zygmunt Bauman
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