lunes, 14 de marzo de 2011

Tetuán_2009


Es como estar dispuesto a perderse en un laberinto infinito...

caminar antes del amanecer por la medina de Tetuán es adentrarse en el misterio de lo desconocido. Son tantas las sensaciones que se despiertan en quién da sus primeros pasos por estas calles...
el tiempo se detiene a la vuelta de cada esquina y ya, sin andar, no es posible dejar de andar. 
Nos rendimos al hechizo de la ciudad...






















En proporción alarmante han desaparecido en las publicaciones dedicadas a la arquitectura las palabras belleza, inspiración, embrujo, magia, sortilegio, encantamiento y también otras como serenidad, silencio, intimidad y asombro. Todas ellas han encontrado amorosa acogida en mi alma, y si estoy lejos de pretender haberles hecho plena justicia en mi obra, no por eso han dejado de ser mi faro. 
Luis Barragán 

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