Alma mía, no aspires a la vida inmortal,
pero agota el campo de lo posible.
PÍNDARO, Píticas III, ep. 3
¡Qué pura luz en su esplendor consume
tantos diamantes de impalpable espuma
y qué paz entonces se concibe!
Cuando sobre este abismo un sol reposa
-trabajo puro de una eterna causa-
refulge el tiempo y soñar es saber.
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